Adaptar el baño para personas con discapacidades físicas

Al momento de realizar modificaciones en el hogar para mejorar la movilidad de un familiar con limitaciones físicas, se vienen a la mente una lluvia de ideas sobre todo lo que hace falta hacer para reducir los obstáculos que le impidan desplazarse libremente por cualquier parte. Muchos piensan en la instalación de salvaescaleras, rampas, elevadores, sillas subeescaleras y muchos otros equipos más.

En efecto, el modificar y adaptar una casa puede ser un trabajo bastante extenuante. Sin embargo, lo mejor es no dejarse agobiar por los pequeños detalles y empezar a enfocarse por los lugares más relevantes para brindar una mejor calidad de vida a la persona con limitaciones motrices.

De entre todos los lugares que una persona con movilidad reducida puede utilizar, el baño es uno de los más importantes. Demás está decir que cualquier persona tiene necesidades fisiológicas básicas y que, el hecho de estar discapacitado físicamente no lo deja exento de esta realidad. Por el contrario, hace que una actividad cotidiana, que debería ser llevaba a cabo con total normalidad, se vuelva un verdadero dolor de cabeza.

Por muy extraño que parezca al principio, este tipo de modificaciones en el hogar ocurren con más frecuencia de lo que parecen. Esto se debe a que muchos abuelos, con el paso de los años, pierden movilidad y en algunos casos no pueden moverse de un lugar a otro sin ayuda. Al igual que con los adultos mayores, también hay muchas personas que han sido víctimas de accidentes, enfermedades, etc…

Lo primero que debes tomar en cuenta a la hora de remodelar el baño es el tema de la seguridad. Además de esto, hay una carga emocional implícita que debes tratar de sobrellevar con mucho tacto. Una persona con discapacidad física, en muchas ocasiones no puede bañarse o asearse por sí sola.

El tener que depender de alguien más para cumplir con actividades tan privadas como bañarse puede ser un duro golpe para la moral. Esto hace que la persona, poco a poco, se vaya descuidando y esté más expuesta a enfermedades y depresiones.

Para evitar estos problemas, hay una serie de recomendaciones por las cuales podrías guiarte:

– Las bañeras son poco prácticas, lo mejor es prescindir de ellas. En su lugar, instalar una ducha cuyo nivel sea el mismo que el de la habitación del baño.

– Para evitar que el agua corra sin control, se puede dejar una leve inclinación que la redireccione hacia el sumidero.

– Debes procurar que el ancho mínimo de la ducha sea de 80 cm y tenga un espacio de por lo menos un metro y medio.

– Lo mejor es instalar cortinas en vez de puertas en la ducha.

– Es vital que en la habitación existan barras de apoyo donde la persona pueda fiarse para realizar los movimientos mientras se baña o realiza cualquier otra necesidad fisiológica.

– Evitar que el piso sea resbaladizo.